Pasquines

Los pasquines son escritos anónimos que se fijan en sitios públicos, con expresiones satíricas contra el gobierno o contra una persona particular o corporación determinada; en algunos países de Latinoamérica, un pasquín también puede ser un diario, semanario o revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso.

Pasquín viene del apodo popular de una antigua estatua existente en Roma, llamada por algunos “Il Paschino”, o muy frecuentemente “Il Pasquino”. Se trata de una escultura antigua, romana, de alrededor del siglo III o II antes de Cristo, en mal estado y desfigurada. Cuenta la historia que esta escultura fue descubierta en las excavaciones previas a la hechura de la Plaza Navona de Roma. Las mejores estatuas se las quedaban los papas o los mecenas para sus colecciones, pero a nuestra estatua nadie la quiso por lo destartalada. Procedieron entonces a colocarla en una encrucijada de calles posterior a la mencionada plaza, donde aún hoy puede apreciarse. Al ver la estatua, los transeúntes comentaban su parecido a un lenguaraz barbero del barrio llamado Paschino o Pasquino, de tal modo que así fue bautizada.

Luego de estar instalada en esa confluencia de calles, comenzaron a utilizarla para colgar o pegar escritos en ella, normalmente anónimos y de corte protestante o crítico hacia las autoridades. Lo hacían en la oscuridad de la noche y de modo oculto (aún hoy en día lo hacen), y esos escritos quedaron para la posteridad, bautizados con el popular nombre de la estatua.

Tanto esta como otras estatuas utilizadas para la acción que comentamos, las llamaban de modo general como las “estatuas parlantes de Roma” por ser en ellas donde se colocaban soflamas difamatorias, habladurías, etc.

Los pasquines terminaron dando origen en España a Juan Pasquín, un personaje que se define como: “el que solo es conocido por su hablar y decir”.

Existe una anécdota digna de ser relatada y se trata del que sería quizás el pasquín más famoso del que se tiene registro: en el Siglo XVII, el papa Urbano VIII encargó al artista Gian Lorenzo Bernini la forja de un gigantesco altar de bronce llamado “Baldaquino de San Pedro” que se encuentra en el centro de la basílica de San Pedro en el Vaticano. Como no había suficiente bronce, el papa ordenó arrancar el majestuoso ornamento de bronce del Panteón (fantástico templo muy apreciado por todos los romanos), obra que tenía muchos siglos, para fundirlo y terminar el altar. Los romanos se enfurecieron pero nadie se oponía al poderoso papa de la familia de los Barberini. Aquella obra fue respetada incluso hasta por los bárbaros que solían saquear a Roma en el siglo V. Solo un romano se atrevió a ejercer protesta ante lo que se consideraba un completo acto de vandalismo y en perfecto latín escribió en la estatua Il Pasquino: “Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini” o traducido al español: “Lo que no hicieron los bárbaros, lo hicieron los Barberini”.

baldaquino: Especie de dosel o palio hecho de tela de seda. También, pabellón que cubre el altar.

Autor: Itser González

Orgullosamente venezolano. Ingeniero de profesión, sociólogo de corazón y juglar en construcción. Apasionado de la conducta humana y ciego amante de las palabras.