Esto no es un error

A menudo se comenta como dato curioso que se puede utilizar la palabra almóndiga para referirse a una albóndiga o hablar de murciégalo, en lugar del murciélago, aunque parezcan erróneas. Por supuesto, habrá quienes se pregunten qué sucede en la Real Academia para hacer tales “inclusiones”. Sí es cierto que en algunos casos se han ido incorporando a medida que se extiende su uso, pero otras palabras datan desde hace mucho, como almóndiga, que está registrada en el diccionario académico desde la primera edición, de 1726.

Si usted se considera purista, no vaya a aloquecer y mucho menos se vaya indinar, por considerar que esta forma de hablar es indina, pero por encima de todo, evite corregir a quien haga uso de cualquiera de estas palabras, porque a ese hablante le asiste la Real Academia. Enantes, será mejor que se ponga cómodo y lea las siguientes líneas. Endespués puede dejar sus comentarios.

Asina, podemos comenzar hablando de la rutina de un día cualquiera. Por ejemplo, yo estoy dispierto desde muy temprano (hay quienes prefieren dispertar más tarde), por lo que programo mi dispertador para que suene muy temprano, y a veces lo hace cuando todavía está escuro, en plena escuridad, como si apenas comenzara a escurecer.

Dende siempre, cada vez que se tiene una emergencia lo común es buscar a un dotor, sea porque se sufre de los niervos o porque al sufrir una quemadura le salió una empolla, pero este profesional de la medicina, sea un dotor o una dotora, siempre sabrá cuál es la mejor melecina. Si además se requiere ayuda celestial, puede preguntar al sacris, aunque por respeto, yo prefiero llamarlo sacristán.

Básicamente, estamos hablando de vulgarismos, que son estas palabras que no se emplean en el habla culta y, aunque están plasmadas en el diccionario, no se recomienda su uso. Otro ejemplo es pelegrino, y aunque actualmente la que se considera “más” correcta es peregrino, endenantes, en la Edad Media ambas formas eran correctas y usuales, incluso pelegrino (la del vulgo) era la más usada, pero hoy en día la que se impuso como la más usada es peregrino, la del habla culta.

Denantes hablaba de los puristas, a quienes les va a herver la sangre al leer esta lista de verbos: ajuntar (por juntar), erutar y su eruto (por eructar y eructo, respectivamente), esparramar (por desparramar), espedazar (por despedazar), espejar (por despejar), esquitar y el esquite (por desquitar y el desquite), estajar y estajo (por destajar y destajo) y arrempujar (por empujar) ¿A quién no le han dado un buen arrempujón?

Asín, tan apriesa casi llegamos al final y, endespués de leer esto, nos damos cuenta que no es una menucia lo que recoge el diccionario en cuanto a vulgarismos, en realidad es muncho, y para nada fantesioso, pues todo es real, está ahí en el Diccionario.

Esto solamente es una muestra de lo rico que es nuestro idioma español, que está vivo y sigue evolucionando, porque nosotros somos quienes lo hacemos cambiar, y esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de cuestionar cualquier palabra, porque no es la RAE la que cambia la lengua, la lengua la cambia el hablante, de modo que no se lo podemos indilgar a nadie más, y solo a nosotros mismos, sin derecho a decir luego que todo forma parte de un ardil de algún ente o simplemente exclamar que esto es una sinjusticia.

Author: Mikel Anzola

Pesquisidor de datos curiosos, polígloto apasionado de los idiomas, en especial del español, y en los tiempos libres productor de radio y televisión.

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