domingo, junio 23, 2019

El Scrabble como argumento para una obra del séptimo arte


Por Sam Leith

En la película “Sometimes Always Never” lo que impulsa la trama, su conflicto, la búsqueda de significado de los personajes y su eventual reconciliación, es un juego de Scrabble. Bill Nighy, que interpreta a un sastre jubilado y profundamente triste, nunca se ha reconciliado con su hijo menor después de una discusión sobre si “ZO” es una palabra válida para jugar en el Scrabble en inglés. (Cualquier tonto sabe que lo es: vaca tibetana, aunque no es eso lo que importa). ¿Puede el Scrabble volver a reunirlos? ¿El juego compulsivo de Scrabble en línea por parte de Bill en su teléfono es una señal de su profundo daño emocional?

¿Saben que? No veo en absoluto que el hecho de estar obsesionado con Scrabble sea síntoma de una persona con daños emocionales. El Scrabble es algo muy bueno con lo cual estar obsesionado. Además, aunque la película parece sugerir que el Scrabble podría ser algo que aísle a las personas, un refugio para aquellos que no pueden decir lo que realmente quieren decir, en realidad es un juego muy sociable. Puedo mencionar al menos dos de mis más viejos amigos que se unieron a través del juego Scrabble, y se dice que el juego similar al Scrabble, llamado Words With Friends ha logrado al menos tres matrimonios entre jugadores que se conocieron gracias al juego.

Lo que sí es cierto es que el juego puede despertar emociones fuertes. Las bajas son bastante conocidas: Un atril lleno solo de vocales o solo de consonantes, la decisión agonizante de cambiar fichas solo para terminar con aún más vocales, la malhadada búsqueda de un lugar donde colocar "alioli". Pero, por el contrario, realmente no hay sensación como jugar un por nueve, al tocar dos triple tanto de palabra en una sola jugada. Una vez coloqué "cumpleaños" en dos triple tantos, y creo que no salí del asombro en una semana. Tampoco, obviamente, lo hizo mi oponente. Toda la vida humana está aquí y, como mostró un glorioso libro sobre el Scrabble competitivo, “Word Freak”, de Stefan Fatsis, hay un drama en el mundo del Scrabble que puede rivalizar con el tenis o el fútbol, y mucha más excentricidad.

Sin embargo, uno de los extraños placeres de la mayoría de los juegos de palabras, especialmente el Scrabble, es que en realidad no se trata exclusivamente de palabras: se trata de matemáticas y algunas de sus ramas. En el Scrabble los significados de las palabras son completamente irrelevantes. La administración de los atriles para tener la posibilidad de formar una palabra de siete letras requiere de un balance de vocales y consonantes, y para lograrlo se requiere de una actividad probabilística. Hacer anagramas no es realmente una habilidad lingüística, ya que se está reorganizando mentalmente el vocabulario de una manera que coloque las fichas de mayor valor en determinadas casillas con bonos. O conseguir palabras con las vocales y consonante del atril que encajen perfectamente con las vocales y consonantes que ya están en el tablero.

Sin embargo, tener un amplio vocabulario nunca está de más, pues no dejará de impresionar a sus amigos, aunque no a los que son buenos en Scrabble, cuando utilice un comodín para colocar "sizigia".

Así que es un juego para personas a las que les gustan las palabras, pero no de la forma habitual. Es un juego que te permite ver las entrañas de las palabras, que te hace estar más atento a las inflexiones, variaciones y ortografías inusuales.

Todos los juegos de palabras son al mismo tiempo sobre palabras, y no sobre palabras. Como dice la canción, se trata de "Más que palabras" (More than words). Que es lo que nos está diciendo la película “Sometimes Always Never” en su estilo tranquilo e inmaculado.

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FUENTE: THE TELEGRAPH


Tráiler oficial

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